sábado, 23 de enero de 2010

UNIDAD 8. LA CAÍDA DEL IMPERIO COLONIAL Y LA CRISIS DEL 98.
0. INTRODUCCIÓN
La Restauración tuvo que hacer frente a la expansión de los movimientos socialistas, al cuestionamiento del dominio español tanto en las Antillas como en el Pacífico y, finalmente, a la emergencia de propuestas nacionalistas que exigían la reforma del Estado. Además, no podemos olvidar como el sistema de la Restauración marginó de la vida política a amplios sectores de la sociedad: carlistas, republicanos, socialistas, etc. La crisis del 98 fue el aviso definitivo que hizo resquebrajar las bases del sistema y planteó la necesidad de tomar medidas orientadas a la regeneración de la vida política y social del país.

1. CONTEXTO HISTÓRICO MUNDIAL
El desarrollo de una segunda revolución Industrial en el último tercio del siglo XIX trajo aparejado el desarrollo de una política imperialista. El Congreso de Viena en 1885 ejemplifica el reparto del mundo que llevaron a cabo las potencias europeas. La lucha por las colonias conduciría al inicio de la I Guerra Mundial.
2. ANTECEDENTES
Entre la Paz de Zanjón en 1878, con la que se había puesto fin a la Guerra de los Diez Años, y el inicio de la última guerra cubana, los gobiernos españoles tuvieron 17 años para introducir en la colonia alguna de las reformas defendidas por los autonomistas isleños. Pero la falta de un verdadero proceso descentralizador que dotase a la isla de órganos representativos, y la política fuertemente proteccionista con que se estrangulaba la economía cubana favorecieron el surgimiento de nuevas revueltas que condujeron a la independencia.
3. DESARROLLO DEL TEMA
LAS GUERRAS COLONIALES.
La política española en Cuba. El periodo más idóneo para hacer concesiones a las reivindicaciones cubanas fue el gobierno de los liberales de Sagasta cuando el partido autonomista cubano estaba de acuerdo con un programa de reformas que quitase fuerza a los independentistas. Pero la única medida que se aprobó fue la abolición definitiva de la esclavitud y que los cubanos tuvieran representación en las Cortes, las restantes propuestas fueron rechazadas. Las tensiones aumentaron a causa de la oposición cubana a los fuertes aranceles proteccionistas que España imponía para dificultar el comercio con EE.UU., lo que provocó un gran malestar. El presidente norteamericano Mckinley amenazó con cerrar las puertas del mercado estadounidense a los principales productos cubanos (azúcar y tabaco) si el gobierno español no modificaba la política arancelaria de la isla. En 1894, EEUU adquiría el 88.1 % de las exportaciones cubanas, pero sólo se beneficiaba del 37 % de sus exportaciones.
La guerra de Cuba En 1892 José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano, protagonista de la revuelta independentista iniciada en 1895 con el “grito de Baire”, así comienza la guerra, primero en la parte oriental de la isla, pero Antonio Maceo y Máximo Gómez la extienden a la occidental. El presidente español, Cánovas del Castillo, intentó solucionar la situación enviando un ejército dirigido por el general Martínez Campos, quien podría combinar la represión militar con flexibilidad, necesaria para llegar a acuerdos. Pero la falta de éxitos militares decidió el relevo de Martínez Campos por el general Valeriano Weyler, partidario de métodos más duros para acabar con la rebelión, llegando a concentrar a los campesinos en aldeas cerradas y aisladas de los rebeldes, pero la falta de alimentos y medicinas provocó una alta mortalidad.
En 1897, tras la muerte de Cánovas del Castillo, se decidió probar la estrategia de la conciliación, se retiró a Weyler, se concedió autonomía, sufragio universal, la igualdad de derechos entre españoles y cubanos, y la autonomía arancelaria. Pero las reformas llegaron tarde, los independentistas que contaban con el apoyo de los EE.UU. se negaron a acabar con la guerra.
La guerra de Filipinas. Coincidiendo con el levantamiento cubano se produjo también el de Filipinas, aquí la presencia española era más débil y se limitaba a algunas órdenes religiosas, la explotación de algunos recursos naturales y su utilización como punto comercial con China, en un principio el levantamiento fue duramente reprimido y su principal dirigente ejecutado. El último episodio antes de la guerra fue el intento de compra de la isla por parte de Washington, por 300 millones de dólares, a lo que la regente María Cristina de Habsburgo se negó. Así las cosas, se inició la Guerra.
La intervención de Estados Unidos. Tanto en España como en EE.UU. se era consciente de que la guerra independentista cubana desembocaría en un enfrentamiento directo entre ambos países. El dilema era terrible para nuestro país: o bien se iba a una guerra segura contra los norteamericanos para defender lo que se sabía indefendible, o por el contrario, se corría el riesgo del enfrentamiento con el ejército propio en el caso de vender, abandonar o entregar la isla, arriesgando además la monarquía y el sistema de la Restauración.
En febrero de 1898 se produjo la explosión del Maine, acorazado norteamericano fondeado en el puerto de la Habana. Estados Unidos culpó a España, y aunque el gobierno de Sagasta propuso una investigación, el incidente fue la excusa anhelada por los norteamericanos para declarar la guerra a España. La prensa y buena parte de la opinión pública se mostró a favor del conflicto como ocasión de demostrar la grandeza española contra EE.UU., una menospreciada nación joven, tan sólo el Partido Socialista Obrero Español se manifestó en contra de la guerra.
Los norteamericanos con navíos acorazados y superioridad en armamento, destruyeron fácilmente la escuadra española en Santiago de Cuba y en Cavite, Filipinas, siendo una rápida victoria estadounidense.
La Paz de París. A finales de 1898 se firmó la Paz de París por la que España perdió sus últimas posesiones ultramarinas en América y el Pacífico, Cuba se convirtió en País independiente aunque tutelado por EE.UU. que recibió Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam en las Marianas. Poco después se vendieron a Alemania los archipiélagos de las Carolinas y las Marianas. Así la derrota de 1898 sumió a la sociedad y a la clase política española en un estado de desencanto, que significó la destrucción del mito de imperio español en un momento en que las potencias europeas estaban formando grandes imperios coloniales en África y Asia, quedando España relegada a un papel muy secundario en la política internacional.
LAS CONSECUENCIAS DEL 98
Repercusiones políticas y económicas. Las repercusiones políticas y económicas inmediatas fueron menores de lo que se esperaban, de hecho continuó el mismo gobierno y el sistema de la Restauración sobrevivió al desastre. Tampoco hubo una gran crisis económica a pesar de la pérdida de los mercados coloniales y de la deuda causada por la guerra, ya que la repatriación del capital español en Cuba se invirtió en la industria, apareciendo así las grandes entidades financieras de la época.
Repercusiones ideológicas. La crisis del 98 fue sobre todo una crisis moral e ideológica, que causó un enorme impacto entre la población, lo que favoreció la aparición de movimientos que criticaron el sistema de la Restauración, proclamando la necesidad de una regeneración y modernización de la política española.
Consecuencias reales crisis 98. A medio plazo se puede considerar que el 98 marcó un antes y un después, con importantes cambios como:
- El cambio definitivo del estatus internacional de España, pasó de supuesta potencia mundial, con territorios en los cinco continentes, a potencia regional.
- El auge de los nacionalismos, que suponía una vía alternativa a la identidad española tras la pérdida de su imperio.
- El renacimiento del militarismo, un ejército derrotado que carecía de papel internacional que se inclinó hacia posturas autoritarias frente a la ola de antimilitarismo que siguió a la derrota, lo que trajo consigo el retorno de la intervención del ejército en la política española.
- Aparición de movimientos que, desde una óptica cultural o política, criticaron el sistema de la Restauración y propugnaron la necesidad de una regeneración y modernización de la política española. Joaquín Costa o el general Polavieja simbolizan estos deseos de regeneración de la política y sociedad españolas.
Consecuencias para Cuba. Por último, mencionar las consecuencias para Cuba, la cual estaba devastada y arruinada por la guerra, además con el conflicto no consiguió su objetivo, ya que a pesar de que formalmente fue un país independiente, se convirtió en un protectorado estadounidense, siendo ocupada militarmente entre 1899 y 1902, bajo el pretexto de proporcionar las condiciones necesarias para su andadura política en solitario, y a partir de ahí se autorizaba a los norteamericanos a intervenir en la isla cuando se estimase necesario. La isla en definitiva con la guerra había conseguido su independencia de España para empezar a depender de Estados Unidos.
4. CONCLUSIÓN
Por el Tratado de París, España perdía los últimos jalones de su imperio ultramarino. El impacto que produjo este acontecimiento sumió a los españoles en una honda crisis de conciencia que afectó a todo el tejido social de la nación, y que tuvo su mejor expresión en un importante reacción cultural que centró sus esfuerzos en la necesidad de recuperar el pulso perdido y modernizar el país.
Se trata de la llamada Generación del 98, un grupo de intelectuales que criticó el atraso español y planteó una reflexión en torno al “problema de España”, su definición como nación, la búsqueda de sus señas de identidad nacional, las causas de su atraso con relación a Europa y su papel en la Historia, entre sus miembros destacaron Machado, Unamuno, Azorín, Pío Baroja, Valle Inclán, Maeztu, etc.






“Uno no es solo responsable de lo que hace, sino también de lo que ve, lee o escucha”.
Javier Cercas

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