viernes, 23 de octubre de 2009

UNIDAD 1. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN: LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA. LACONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL. LA CONSTITUCIÓN DE 1812.

UNIDAD 1. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN: LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA. LACONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL. LA CONSTITUCIÓN DE 1812.
O. INTRODUCCIÓN
A la muerte de Carlos III (1788), parecía que el modelo del Antiguo Régimen, aunque impregnado de reformismo ilustrado, permanecía intacto. Un año después, la Revolución Francesa (1789) trastocó el viejo orden e inició un proceso que en poco más de 40 años derrumbó el Antiguo Régimen en la Europa Occidental, abriendo paso al liberalismo político, a la expansión del capitalismo y a la consolidación de la sociedad de clases.

Las ideas revolucionarias de Francia fueron extendidas en Europa por los ejércitos de Napoleón desde 1799. España fue también invadida por los ejércitos napoleónicos. La ocupación francesa daría lugar a un levantamiento del pueblo español, levantamiento que, sin embargo, estuvo influido por muchas de las ideas de libertad originadas en Francia, incluida la Constitución española de 1812.
El proceso de guerra de Independencia en España sería aprovechado por las colonias americanas que iniciaron su proceso de independencia en 1810. En 1825 solamente Cuba y Puerto Rico pertenecían a España, el resto había accedido a la independencia.
La derrota de Napoleón por las potencias absolutistas europeas (1815) significó la vuelta al viejo orden y al absolutismo monárquico, pero los vientos de liber6tado ya no podrían ser definitivamente amordazados y, entre 1815 y 1833, toda Europa, incluida España, se debatía en una lucha entre absolutismo y liberalismo.
1. CONTEXTO HISTÓRICO
El S. XVIII fue el siglo del nacimiento de un nuevo movimiento cultural conocido como Ilustración. Los ilustrados criticaron las características de la época en la que vivían. El Antiguo Régimen era un modelo basado en la sociedad de tipo estamental, el absolutismo monárquico o el régimen feudal. El estallido de la Revolución Francesa en 1789 supuso el inicio de la lucha entre liberalismo y conservadurismo.
2. ANTECEDENTES
Carlos IV accedió al trono español en 1788, e inmediatamente se vio desbordado por la compleja situación creada por la Revolución Francesa (1789). Muchos ministros ilustrados fueron apartados de sus puestos y se intentó aislar cualquier idea proveniente de Francia. El protagonismo de las clases populares en la Revolución Francesa, el carácter radical de muchas de sus reformas y, especialmente, la muerte en la guillotina en 1793 del rey Luis XVI condujeron a España a declarar la guerra a Francia junto con otras monarquías europeas (1793-1795). Dicho enfrentamiento se saldó con la derrota española y un cambio de orientación en la política exterior española.
3. DESARROLLO DEL TEMA
LA GUERRA DE INDEPENDENCIA (1808-1814)
El motín de Aranjuez. Manuel Godoy, nuevo primer ministro, intentaría llegar a un acuerdo con la Francia de Napoleón. La elección de Godoy, plebeyo de origen, demostraba una absoluta desconfianza del Monarca en los círculos nobiliarios de la Corte. Desde el principio Godoy se encontró con la oposición de todos los grupos: iglesia, nobleza, ilustrados (qué se vieron sustituidos en el favor del Rey) y, sobre todo, por el príncipe heredero Fernando, que veía en él a un posible competidor en el favor de su propio padre.
Godoy inició una serie de reformas interiores de carácter ilustrado (desamortizaciones, merma del poder de la Inquisición, etc.), mientras que en política exterior siguió un camino de alianzas sucesivas con Francia. España se convirtió en aliada de Francia, y se enfrentó a Inglaterra, perdiendo en la batalla de Trafalgar (1805) casi toda su flota. En 1807 Napoleón obtenía el consentimiento de Carlos IV para que sus ejércitos atravesasen España para atacar Portugal, aliada de Inglaterra, a cambio de un futuro reparto de Portugal entre Francia y España (Tratado de Fontainebleau).
En 1808 estallaba un motín en Aranjuez donde se encontraban los reyes. El motín fue dirigido por la nobleza palaciega y el clero y perseguía la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando, alrededor del que se habían unido todos quienes querían acabar con Godoy. Los reyes, bajo los consejos de Godoy y ante el temor de que la presencia francesa terminase en una real invasión del país, se trasladaban hacia el sur.
La monarquía de José Bonaparte. Los amotinados consiguieron sus objetivos, poniendo en evidencia una crisis profunda en la monarquía española. Carlos IV escribió a Napoleón haciéndole saber los acontecimientos y reclamando su ayuda para recuperar el trono que le había arrebatado su propio hijo Fernando VII. Napoleón se reafirmó en su impresión de debilidad, corrupción e incapacidad de la monarquía española y se decidió definitivamente a invadir España, ocupar el trono y anexionar España al Imperio.
Carlos IV y Fernando VII fueron llamados por Napoleón a Bayona (Francia), adonde, sin mayor oposición, abdicaron ambos en la persona de Napoleón Bonaparte, el cual nombró a su hermano José, rey de España. Con escaso apoyo, José Bonaparte intentaría una experiencia reformista que pretendía acabar con el Antiguo Régimen. La creación del Estatuto de Bayona reconocía la igualdad de los españoles ante la ley, la abolición de la Inquisición o la reforma de la administración.
La resistencia popular. Mientras se desarrollaban los hechos en Bayona, en España se inició un alzamiento popular contra la presencia francesa. El 2 de mayo, ante las confusas noticias de que Fernando VII había sido secuestrado por Napoleón, el pueblo de Madrid de alzó contra la presencia francesa. Aunque fue duramente reprimido por las tropas del general francés Murat, su ejemplo cundió por todo el país y la población se levantó rápidamente por toda España.
En toda España la población reclamaba la defensa contra la invasión francesa y surgieron Juntas de Armamento y Defensa. Las Juntas fueron primero locales y expresaban la forma de organización del movimiento insurreccional, pasando a organizarse después una Junta de Defensa Central que coordinase la acción contra los franceses.
Desde el punto de vista bélico, el ejército tradicional español era incapaz de oponerse al avance de las fuerzas francesas, siendo la guerrilla y los sitos la forma de impedir el dominio francés sobre el territorio español. Los sitios consistían en la resistencia de las ciudades españolas al avance francés de todas las maneras con tal de no dejar avanzar al ejército invasor y, de esta forma, desgastar a las tropas napoleónicas. La guerrilla fue la forma espontánea de resistencia armada. Grupos de campesinos, burgueses, sacerdotes o gente de cualquier otra ocupación se organizaban y boicoteaban a los franceses.
Las diferentes fuerzas políticas. La invasión francesa obligó a la toma de postura por parte de la población española. Una pequeña parte, a los que se conoció como afrancesados, aceptaron al nuevo monarca José Bonaparte. El resto de la población formó lo que se conoce como el frente patriótico. Ahora bien, dentro de este bando encontramos posiciones muy diferentes. Nobleza y clero luchaban por la vuelta al Antiguo Régimen. Los ilustrados y los sectores liberales deseaban que la victoria frente a Napoleón permitiese una serie de reformas. Por último, gran parte de la población, al margen de posiciones ideológicas claras, afrontó la guerra como un movimiento de defensa contra un invasor extranjero, solicitando la vuelta a España de Fernando VII.
El desarrollo de la guerra. Napoleón no esperaba encontrar grandes resistencias. Sin embargo, estas previsiones se desbarataron ante la resistencia popular en ciudades como Gerona y Zaragoza o la derrota del ejército francés en la Batalla de Bailén (1808). Ello provocó el aumento de la presencia francesa que llegaron a controlar casi todo el territorio español. A partir de ese momento fue la guerrilla la única fuerza de resistencia real frente al invasor.
A partir de 1812, el curso de la guerra empezó a ser desfavorable para Francia. La campaña de Rusia obligó a Napoleón a desplazar a parte de sus tropas. Además, las fuerzas españolas, apoyadas por el ejército inglés, comenzaron a hostigar a los franceses. Incapaz de mantener los dos frentes, Napoleón decidió pactar el fin del conflicto con los españoles, firmándose en 1813 el tratado de Valencay.
EL LIBERALISMO
Fue la burguesía el sector social qué más defendería las ideas liberales de la Revolución Francesa cuyos principios fundamentales eran:
- Soberanía nacional (el pueblo elige a sus representantes).
- Igualdad ante la ley.
- División de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial).
- Monarquía limitada por una constitución.
- Libertad individual.
- Defensa de la propiedad privada.
- Libertad de actividades económicas (desaparecen los gremios).
Sin embargo, estos principios defendidos por la burguesía serían modificados cambiados posteriormente por ella misma, ya que los orientará en su beneficio propio.
LAS CORTES DE CÁDIZ
En el verano de 1808, a comienzos de la guerra de independencia la Junta Suprema Central se reunió en Madrid tras la derrota francesa en Bailén, contaba con miembros tan ilustres como Jovellanos y Floridablanca. Allí la Junta reconoció a Fernando VII como rey legítimo de España. Pero el avance francés en 1810, hizo que la Junta huyera primero a Sevilla y de allí a Cádiz, única ciudad española que resistía el asedio francés gracias a su defensa marítima.
En enero de 1810, la Junta Suprema Central se disolvió dando paso a la convocatoria de Cortes, institución encargada de hacer leyes. El proceso de elección de diputados a Cortes y su reunión en Cádiz fueron necesariamente difíciles. En un país dominado por los franceses era imposible una elección de representantes y en muchos casos se optó por elegir sustitutos o diputados entre las personas de cada una de las provincias que se hallaban en Cádiz, siendo la mayoría clérigos, abogados, funcionarios y profesionales liberales.
El ambiente liberal de la ciudad influyó en que gran parte de los elegidos tuvieron estos ideales. Las cortes se abrieron en septiembre de 1810, y la formación de una cámara única, fue el primer triunfo del liberalismo español, frente a la tradicional representación estamental con tres cámaras. Además, en su primera sesión aprobaron el principio de Soberanía Nacional, además de proponerse la elaboración de una Constitución, que fuera el marco legal que todo español tuviera que cumplir sin importar su rango.
Pero además de la Constitución, las Cortes aprobaron una serie de leyes y decretos dirigidos a eliminar el Antiguo Régimen y establecer un régimen liberal. Así se decretó la supresión de los señoríos jurisdiccionales y los privilegios de la nobleza, se crearon un ejército nacional, se abolió la inquisición, también se adoptaron medidas económicas como la libertad agrícola y ganadera, supresión de los gremios, así como una tímida desamortización eclesiástica.
LA CONSTITUCIÓN DE 1812.
Dos años más tarde, el 19 de marzo de 1812, día de San José, de ahí “la Pepa”, se promulga la Constitución Española, que se caracteriza por un espíritu conciliador entre liberales y absolutistas, así para contentar a los más conservadores se reconocieron los derechos de la Iglesia Católica y sus privilegios, pero se sentaron las bases de un estado liberal:
- Derechos Individuales: se aprobó la libertad jurídica y de imprenta, el derecho de propiedad, el sufragio y ciertas garantías penales, pero no se reconoció la libertad religiosa como concesión a los sectores más conservadores.
- Estado: España se definió como una monarquía parlamentaria, y respecto a la soberanía Nacional, la nación se consideró como el conjunto de todos los ciudadanos de ambos hemisferios, y su poder residía en las cortes, elegidas por sufragio censitario, votaban sólo los varones mayores de 25 años y con una cantidad de dinero. Se aprobó la división de poderes, el Legislativo en las Cortes unicamerales, encargadas de elaborar las leyes, el Ejecutivo con el monarca a la cabeza, pero controlado por las Cortes y refrendado por los ministros, y el Judicial, competencia de los Tribunales de Justicia.
- El Rey: el papel del rey se inspiró en la desconfianza ante un retorno absolutista, así no puede impedir la celebración de Cortes, tampoco puede otorgar privilegios ni monopolios, ni privar a nadie de libertad. No obstante mantiene mucho poder, ya que tiene la potestad de hacer leyes junto a las Cortes, y de ejecutarlas, además posee veto suspensivo durante dos años.
IMPLANTACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN DE 1812
El invierno de 1812 estuvo lleno de penalidades, de manera que el descontento generado por esta situación hizo aumentar la oposición al régimen constitucional gaditano por parte de la nobleza y el clero. Además el pueblo, quien debía defender el nuevo sistema, solo quería superar aquella situación de guerra, dejando a un lado las ideas constitucionales. Por estas razones la incidencia de las Cortes en la vida del país fue relativa, y no se pudo llegar a aplicar con efectividad lo legislado en Cádiz, ya que con la vuelta de Fernando VII se suprimió la Constitución, así en 1814 finalizó la experiencia liberal y se volvió al absolutismo.
4. CONCLUSIÓN
Durante la primera mitad del siglo XIX, buena parte de Europa vivió un proceso de profundo cambio. Las estructuras sociales propias del Antiguo Régimen fueron sustituidas por el liberalismo. En ese proceso de lucha entre Liberalismo y el Antiguo Régimen también se vio implicada España.

“Se puede matar al soñador, pero no al sueño” Albernarthy

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